infoNativa

Deuda, FMI y final del desgobierno de Milei


29 de marzo de 2025

Tras la vorágine de las últimas semanas en la política económica de Milei, los dimes y diretes entre funcionarios y el FMI, en nombre de la “libertad”, el gobierno confirma un nuevo saqueo para el Pueblo argentino. El análisis del panorama de cada semana de Horacio Rovelli.

Horacio Rovelli

Las políticas económicas (fiscal, monetaria, cambiaria, comercial, industrial, agropecuarias, hacia las economías regionales, la construcción, etc.), sociales (asistencial, de ingresos incluida la política laboral y la remuneración a jubilados y pensionados), de salud, de educación, de seguridad, del  presidente Milei y de todo su equipo, son insustentables en términos sociales y económicos. Sólo pueden mantenerse endeudando al país y malvendiendo divisas para sostener la bicicleta financiera (carry trade), aceptando condiciones contrarias a los intereses sociales y nacionales en busca de un “arreglo” con el FMI y en beneficio del capital financiero.

La persistente y progresiva destrucción del entramado socio productivo, sumado a la represión sin miramiento sobre personas que han trabajado toda su vida, y contra todo reclamo de derechos, gobernando por decreto, promoviendo una cada vez más acentuada crisis social, económica, financiera e institucional (la declamada seguridad jurídica), con complicidades en los poderes legislativo y judicial, e incumpliendo sistemática y permanentemente con la Constitución Nacional que juró respetar y hacer respetar.

Aumentaron la deuda pública en más de cien mil millones de dólares y ahora pretenden un crédito del FMI que le permita terminar financieramente el año 2025, para asegurar el pago de la deuda, incluida las obligaciones en pesos y que puedan comprar divisas a su vencimiento, en una nueva escala de endeudamiento y fuga de capitales, como hizo Luis Caputo cuando fue presidente del BCRA de junio a septiembre de 2018.

El gobierno desde enero 2024 a febrero 2025 dejó de percibir 18.400 millones de dólares por el llamado “dólar blend” (permite a los exportadores no liquidar el 20% de sus ventas externas) y, a su vez, intervino directamente en el mercado de cambio vendiendo dólares billetes y títulos de Tesoro dolarizados por unos 3.600 millones de dólares, conformando un total de 22.000 millones de dólares, suma mayor que la que pretenden endeudarnos con el FMI. A lo que debe sumarse la continuación del “dólar blend”, más la venta de dólares del BCRA en marzo 2025, que del 14 al 28 de marzo y con el fin de frenar el derrape cambiario, fue de no menos de 1.800 millones de dólares

El generoso blanqueo de capitales permitió el ingreso de fondos que fueron depositados en los bancos, del que una parte se convirtió en crédito al sector privado. Los tomadores de esos préstamos vendieron los dólares al Banco Central. El BCRA compró los dólares y se los vendió al Tesoro que lo empleó para intervenir en los distintos mercados de cambio del país y en pagar intereses de la deuda externa.

Pero el camino se revierte desde el comienzo del corriente mes de marzo 2025 en que, no solo se frena el proceso, sino que por el contrario se desarman posiciones en pesos para comprar dólares, esa es la razón por la que el BCRA debió vender en forma sistemática y creciente dólares de las reservas brutas, que eran de 28.405 millones de dólares al 31 de enero 2025 y pasó a ser de 26.006 millones de dólares al 26 de marzo 2025 y, el precio del dólar CCL era de 1.197 pesos al 31 de enero  y pasó a ser de 1.309 pesos al viernes 28 de marzo de 2025.  

A su vez, la Secretaría de Finanzas debió financiar la deuda en pesos con letras del Tesoro capitalizables (Lecap) a cada vez menos plazo (y una proporción cada vez mayor del capital adeudado en plazos de 30 días), a una tasa fija mayor (cercana al 2,8% mensual).  

En la licitación del jueves 27 de marzo 2025, primero, vencían 9,2 billones de pesos y renovó solamente 6,3 billones (quiere decir que 2,9 billones de pesos quedaron en pesos en poder de los bonistas). Segundo, que de esos 6,3 billones de pesos, captó fondos a 30 días a una tasa del 2,79% mensual y a 60 y 90 días a una tasa de 2,8% mensual, pero debió recurrir a bonos ajustados por inflación (los Boncer) más un plus para arribar a octubre 2025 y, por dólar oficial (dólar linked que protegen a los tenedores en caso de una devaluación), menos un interés del 1,98% para llegar a octubre 2025 y sin interés para arribar al 16 de enero 2026 (ganan con la devaluación esperada). Los que prefirieron retirar los pesos no confían en que el gobierno cumpla con los vencimientos y “reperfile” prorrogándolo como hizo Mauricio Macri al fin de su gestión por eso no compraron ni Boncer ni títulos dólar linked.

En las últimas tres licitaciones, las Lecap de menos de 60 días representaron cerca del 50% del total adjudicado, el jueves 27 representaron el 75% de las adjudicaciones, una señal clara del cada vez es a menos plazo, máxime que uno de los grandes compradores de los Lecap licitado el 27 de marzo 2025 fue el Banco de la Nación Argentina, por ende los poseedores de títulos públicos que no lo recompraron en la licitación mencionada, agrandan los 2,9 billones de pesos, suma que van a percibir en pesos el lunes 31 de marzo y que seguramente se conviertan en dólares billetes.

Paralelamente, el día jueves 27 de marzo de 2025, la vocera del FMI, Julie Kozack, desmintiendo al ministro Caputo y al Presidente Milei, afirmó que “Como en todos los créditos del FMI los desembolsos vendrán en tramos a lo largo de la vida del programa. Pero el monto total, las fases exactas y el tamaño de cada tramo es también parte de las conversaciones que se están manteniendo con el gobierno argentino”, cuando el Presidente Milei dijo el 1 de marzo de 2025 el inaugurar las sesiones ordinarias que el acuerdo estaba terminado y “faltaba ponerle el moño”, y el 27 de marzo 2025 en entrevista radial con Luis Majul dijo textualmente: “lo que manifestó hoy el ministro de economía Luis Caputo es que la operación digamos en la que estamos trabajando es una operación por 20 mil millones de dólares que sumado a lo que estaría aportando el Banco Mundial, el BID y CAF, permitiría llevar las reservas internacionales brutas a 50.000 millones de dólares. Es decir, el balance del Banco Central que hoy cuenta con reservas internacionales brutas de 26.000 millones de dólares, pasaría a contar por lo menos con 50.000 millones de dólares.”

El grado de incoherencia es menor que la falta a la verdad. Sostienen que Adolf Hitler en sus últimos días de abril de 1945 proponía la intervención de divisiones que habían sido aniquiladas por el ejército ruso. Crean una mentira para los demás y se la terminan creyendo ellos.

Todos los organismos de créditos nombrados por el presidente Milei (Banco Mundial, el BID y CAF) otorgan créditos contra certificados de obra, con un gobierno que ha paralizado la mayor parte de la obra pública nacional.

 

La verdad de la trama

Las reservas netas del Banco Central son cada vez más negativas, y desde junio 2024 la cuenta corriente cambiaria está en rojo, que compensaban hasta febrero 2025 con los ingresos de divisas a través de la cuenta capital (el ingreso de dólares a la economía se genera principalmente por el blanqueo de capitales o por nueva deuda).

El mercado (como gustan denominarse) percibe que el camino no está allanado como se muestra en los informes de las consultoras, en las declaraciones de los funcionarios, en los portales financieros de Estados Unidos y en los reportes de los bancos de inversión internacionales. Esta situación puede observarse en el precio de los activos bursátiles. Los bonos soberanos en moneda extranjera acumulan este año bajas de hasta 25 por ciento, el riesgo país volvió a subir para cerrar en 777 puntos el viernes 28 de marzo, y las acciones de la bolsa porteña (y los ADRs de Wall Street) muestran una volatilidad que va más allá de la toma de ganancias.

El sostén del gobierno de Milei reside en los grandes fondos financieros de Manhattan[1], principales poseedores de los títulos de deuda en divisas y en pesos, que han ganado fortuna con el carry trade y saben que deben ir saliendo de esa posición y, pretenden que el daño sea el menor posible, por ende presionan por una devaluación ordenada de nuestra moneda, a la par que quieren instrumentar esos títulos por nuestro recursos naturales (de allí que las provincias a quienes por la reforma constitucional de 1994 se les confirió la propiedad originaria de los recursos naturales de su territorio, incluyendo el subsuelo) debieron adherirse al RIGI (Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones).

Tampoco es muy clara la posición del capital local nucleados principalmente en AEA (Asociación Empresaria Argentina)[2], que apoyan decididamente la reducción del Estado a como dé lugar y propician las reformas tributarias y laboral. Pero están las que participan activamente en el carry trade y las que tienen deudas en dólares, y si en gran parte han logrado obtener fuertes ganancias fue por ampliar el margen de las mismas, ante una generalizada merma en sus ventas en el mercado interno.

La renuncia del equipo en pleno de Caputo y Bausili les permitiría colocar a sus técnicos y hombres de confianza, revirtiendo la alianza con el capital financiero de Manhattan y ser ellos los que adopten las decisiones.

Con una conformación compleja, “el campo” nucleados principalmente en el Consejo Agrario Argentino[3], propicia una fuerte devaluación al representar el 60% de nuestras exportaciones, pero tienen fuertes lazos con el capital financiero de Manhattan (principal accionista de los pools de siembra), y socios menores, pero financian a las grandes empresas acopiadoras y comercializadoras de productos agropecuarios.

Son grandes empresas locales (que forman parte de AEA y/o del Consejo Agrario Argentino) las que, según informa el BCRA, contrajeron deuda externa con vencimientos de corto plazo por 27.400 millones de dólares y que se ven obligados a comprar las divisas ante la posibilidad que los acreedores no renueven total o parcialmente esa suma[4]

Y el FMI que, ante la pasividad de los actores nombrados, incapaz de invertir en el país, salvo que tenga renta asegurada (como es el caso de Vaca Muerta y con temor que un nuevo gobierno cambie las reglas de juego), hace de financista de última instancia. Con la paradoja que el cuerpo técnico del organismo encabezado por Luis Cubbedu (es el número dos del Departamento Occidental que dirige Rodrigo Valdés) le dijo al ministro Luis Caputo el 28 de enero de 2025, que debían ir a una banda de flotación cambiaria y abandonar el carry trade.

La decisión la toma el Board del FMI, que no es ajena a la presión política del gobierno de Donald Trump, como éste no es ajeno a la presión del capital financiero de Manhattan

Pero de una manera u otra saben que el carry trade se agotó, le dio pingües beneficios a la minoría rentista y parásita de especuladores, pero el FMI les exige devaluar y una mayor injerencia de sus técnicos en el diseño de la política económica.

 

En síntesis   

Pese a que el BCRA autorizó el 14 de marzo 2025 a las entidades financieras a distribuir dividendos, tantos locales (Banco Supervielle, Banco Hipotecario, Banco Galicia, etc.) como extranjeras (Banco Patagonia el 80% de su capital pertenece al Banco Do Brasil, BBVa, Santander, etc.), como una merced más a los principales operadores en la colocación de títulos de deuda pública en pesos, sin embargo, no se renovaron títulos de deuda que vencieron el 27 de marzo de 2025 por 2,9 billones de pesos. Si esa suma (que perciben el lunes 31 de marzo 2025) se pasa a dólares, será una señal para el resto de los que compraron y/o renovaron las letras y bonos del Tesoro de la Nación.

Si la corrida cambiaria se convierte en corrida bancaria, y no renuevan los plazos fijos y/o retiran pesos y divisas en depósitos en cuenta corriente y en caja de ahorro, implica el colapso del sistema.

A día 21 de marzo de 2025 el total de depósitos en dólares captado por los bancos era de 31.931 millones de dólares, y el crédito por 14.309 millones de dólares, la diferencia (17.622 millones de dólares) es encaje en el BCRA, constituyendo reservas internacionales brutas (por un total de 26.006 millones de dólares[5]).

El grado de fragilidad es enorme, y el miedo de quedar en pesos se agiganta con la salida del carry trade y de los depósitos en los bancos, y por más que el capital financiero de Manhattan trate de aminorar daños, como la ley de gravedad, es directamente proporcional a su ineludible peso, pero inversamente proporcional al cuadrado de la desconfianza en este gobierno y en el sistema bancario.

Y esto recién empieza.

 

[1] BlackRock, Vanguard, PIMCO, Franklin Templeton, Greylock y otros

[2] Grupo Techint de los Rocca, grupo América de los  Eurnekían, grupo Aluar de los Madanes Quintanilla, grupo Clarín con Héctor Magnetto de artífice, grupo Arcor de los Pagani, la familia Braun de la Anónima y del Banco Galicia, Grupo Elsztain  (Banco Hipotecario, Cresud e IRSA),  etc

[3] Los grandes acopiadores y comercializadores de productos agropecuarios, los Pérez Companc de Molinos Río de la Plata y Molino Agro,  FACA,  ACA, Viterra, Cargill, ADM, Louis Dreyfus, Consorcio ABC de frigoríficos, etc.

[4] Según la Comisión Nacional de Valores hasta enero de 2025 las empresas argentinas YPF, Pampa Energía, Tecpetrol, Compañía General de Combustible, Vista Oil & Gas, TGS, CAPEX, IRSA, CRESUD, EDENOR, GENNEIA, etc. colocaron obligaciones negociables en dólares por 23.932 millones  al 31 de enero de 2025. 

[5] De allí que las reservas netas son negativas, debe restarse también el swap de la República Popular China por unos 18.000 millones de dólares.

Horacio Rovelli

Horacio Rovelli es Licenciado en Economía por la Universidad de Buenos Aires. Profesor a cargo de la asignatura Política Económica de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA), y de Instituciones Monetarias e Integración Financiera Regional en la Facultad de Ciencias Económicas (UBA).  

Compartir esta nota en