infoNativa

El Almafuerte de un sentir obrero y malvinero


13 de abril de 2024

“Ricardo Iorio, como artista constructor de sentidos, supo abrevar en el pasado para criticar el presente hablando de forma simple y concreta, señalando lo esencial para vivir, aquello por lo que el laburante pelea o simplemente denunciando aquello que no se banca más. Los tópicos de su poética contrastaban con las promesas incumplidas de una restauración democrática que había prometido no solo votar, sino también comer, curar y educar.”

David Acuña

Nuestras memorias colectivas son, en gran parte, memorias nacionales. En tanto miembros de un Estado-Nación, nuestro pasado es aprehendido, reinterpretado y corporizado por nosotros a lo largo de nuestras vidas mediante ritos religiosos, fechas cívicas, encuentros deportivos, festejos culturales y otros espacios masivos de interacción comunitaria.

Toda esta interacción es la argamasa sobre la cual se erige lo que comúnmente denominamos “ser nacional” y que nos vuelve algo distinto, o pretendidamente único, con respecto a pueblos de otros lados. Es imposible pensar la perpetuación de una comunidad en el tiempo sin la mediación de estos espacios de sociabilidad que hacen a nuestro ser y memoria.

Lecturas superficiales sobre la historia, instaladas en parte por usinas del pensamiento colonial y los grupos económicos de comunicación, asocian sin mediaciones a la guerra de 1982 por Malvinas con la dictadura cívico-militar de 1976. Bajo esta linealidad no caben las preguntas del por qué del golpe militar, ni sobre la geopolítica en la cual la guerra se desarrolló, ni si la restauración democrática de 1983 significó un cambio con el modelo económico de la dictadura o la etapa anterior al golpe. De esta manera, sin mediaciones críticas del pasado, se construyen miradas zonzas sobre el presente y el porvenir se vuelve incierto.

 

Cantando contracorriente

Entendemos al pueblo, en tanto ser colectivo, como el verdadero sujeto de la historia. Y en este sentido, las canciones como vehículo de su memoria.

Ricardo Iorio, como artista constructor de sentidos, supo abrevar en el pasado para criticar el presente hablándole a los hombres y mujeres de a pie de forma simple y concreta, señalando lo esencial para vivir, aquello por lo que el laburante pelea o simplemente denunciando aquello que no se banca más.

Los tópicos de su poética contrastaban con las promesas incumplidas de una restauración democrática que había prometido no solo votar, sino también comer, curar y educar.

A contracorriente del individualismo a ultranza, el consenso de Washington y el proclamado fin de la historia, el mensaje descarnado de Ricardo supo capear la noche neoliberal de los 80 y 90 hablando de cara a un pueblo que seguía creyendo en el trabajo como el mejor organizador social pero que ahora tanto “el mundo, policía y ladrón… bautizan sonriendo, gil trabajador. Gil, gil trabajador” (Gil trabajador, Hermética). Y denunciando al presente, Iorio recaló en las memorias de la historia señalando que el trabajador, como lo fue ayer el gaucho seguía siendo un paria del sistema: “Vivo el destierro del hombre nativo/ bajo las grises magias conquistantes/ Que aun prosiguen traficando el miedo/ como ayer gauchos al desierto (...) Que en el destierro del hombre nativo/ ha cultivado el culto del gran miedo / Que aun prosigue atrofiando vidas / como en la astuta guerra de Malvinas” (Cráneo Candente, Hermética).

De los varios lugares por donde entrarle a la extensa obra musical de Ricardo, creo que la cuestión de la clase obrera y la causa Malvinas son una intersección que no se presenta como caprichosa o antojadiza, sino que son recurrentes y pensadas a lo largo de toda su trayectoria artística. Ricardo, de esta forma optó por andar cantando verdades más bien a lo macho, como suele decirse, sin dobleces y sin falsas condescendencias. Cuestión que fue reconocida y retribuida con cariño por un público que se manifestaba coreando: “Somos los negros, somos los grasas, pero conchetos no"; “el que no salta es un inglés”; “¡Argentina, Argentina!”

Para Ricardo Iorio, el trabajador, Malvinas y la Patria, eran prácticamente la misma cosa y no se las mencionaba a la ligera.

 

El barrio que no olvida

El pasado 6 de abril en el partido bonaerense de General San Martín, la Asociación de Veteranos de Guerra por Malvinas junto al Círculo Nacionalista de la Provincia de Buenos Aires "Juan Manuel de Rosas", vecinos de la localidad y familiares de Ricardo Iorio, realizaron un homenaje al artista con más de 40 años de trayectoria.

Le jornada consistió en la confección de un mural que dio cuenta de su pasión musical por el metal pesado y la Causa Malvinas. También se contó con una exposición fotográfica de Sofía Yehie Gabrás, ilustraciones de Rukemboleh y una charla sobre historia nacional a cargo de Diego Mazzieri, del cual Ricardo supo apreciar y recomendar la lectura de su investigación en torno a la figura de Isabel Perón, primera presidenta de los argentinos.

 

Metal pesado, clase obrera y Malvinas

V8, Hermética y Almafuerte, son tres íconos del rock metal pesado argentino con las cuales Ricardo Iorio pareció batallar por la memoria histórica de los argentinos, y en la cual las letras referidas al trabajador y las Malvinas se nos presentaron como un espejo en cual mirarnos como pueblo.

Desde ya, no podemos recordar siempre todo y en todo momento, siempre hay un recorte y quedan huecos que se llenan de olvidos o preguntas. Pero, ¡¡la puta que lo parió!!, valga la expresión, qué buena síntesis de nuestra historia y qué convite de porvenir nos ha dejado Ricardo: Clase Obrera y Causa Malvinas… sobran las palabras para decir que en la redención de ambas está todo el sentido de nuestra Patria.

David Acuña

David Acuña, historiador, profesor y militante peronista. 

Compartir esta nota en