El dÃa más triste de nuestras vidas
30 de noviembre de 2024
Pasaron 4 años del paso a la inmortalidad de Diego Armando Maradona, un dÃa que quedó marcado a fuego en la conciencia colectiva de nuestro pueblo. En un contexto de restricciones por el Covid, el amor volvió a juntarnos para despedir a quien es nuestra bandera. Hitos y momentos de una jornada inolvidable y el dolor de seguir extrañando al Pelusa.
Hay sucesos en la historia que hacen que recuerdes exactamente dónde estabas o qué estabas haciendo en el momento de su acontecimiento. Nada fue igual a las 13.15 h del 25 de noviembre de 2020. Estábamos en plena pandemia, recién comenzaban a levantarse determinadas restricciones, hasta que ese dÃa fue la última.
Los medios por primera vez no estaban desesperados en dar la noticia, hasta que no quedó otra que confirmarla. HabÃa muerto Diego Maradona a sus 60 años de edad. Ese caluroso dÃa se vivÃa con una tensa calma, la noticia era demasiado espesa como para poder asimilarla. A los argentinos se nos habÃa muerto un familiar, un héroe, una época… y no estábamos preparados para ver nacer al hito.
El mundo se mojó en lágrimas al ver que “el pibe de oro” pasaba a la eternidad. Como un 17 de octubre de 1945, el pueblo sintió la necesidad de encontrarse con quien los hizo felices en las calles, la posibilidad de recuperar los vÃnculos que se perdÃan con la cuarentena. Existieron distintos puntos a nivel nacional, en La Paternal, donde nació futbolÃsticamente se congraciaron argentinos de distintas camisetas, pero mismo sentimiento.
Ese dÃa los hinchas dieron el ejemplo de que en este paÃs que muchos critican, podemos actuar como comunidad. La Boca fue epicentro de otra iglesia maradoniana, donde se compartió el dolor y los recuerdos por el último adiós al 10. La ciudad de Rosario tuvo postales de hinchas de Central en el Coloso del Parque prendiendo velas al mural del Diego con la camiseta rojinegra Yamaha. La Plata fue la última casa de Diego. En aquel momento era técnico de Gimnasia y Esgrima La Plata, el club que le dio la posibilidad de retirarse homenajeado de todas las canchas del futbol argentino y realizo una movilización hasta la Plaza de Mayo para despedir al que los eligió.
Los homenajes internacionales no tardaron en llegar, los napolitanos que son compatriotas nuestros, tomaron su ciudad y lloraron a su lÃder revolucionario, le cambiaron el nombre su estadio para poner el de Maradona, la persona que les devolvió la dignidad que no pudo ningún polÃtico. La Cámara de Comercio de Bangladesh, envió una carta lamentando el fallecimiento de Diego y explicando lo que une a aquel paÃs con el nuestro, la lucha contra la colonización de Gran Bretaña y Pelusa era como San Martin. En todas partes del mundo comenzaron a hacerse murales, Maradona como sÃmbolo de mayorÃas, resistencia y futbol. Una persona con coherencia que sabe que en la vida hay que elegir y es “Blanco o negro, gris nunca”. Existe otro dato importante, se habÃa ido un 25 de noviembre como él lo llamaba, su “segundo padre”, Fidel Castro, pero del año 2016.
La Plaza de Mayo, testigo de tanta historia, tendrÃa otro popular evento. Se inundaron los alrededores de la Casa de Gobierno donde serÃa el velatorio. Millones, de todas las ideologÃas y de todos los clubes (por supuesto esto excluye a los enemigos de siempre, pero para ser lo más amplio posible) se juntaron para compartir colectivamente el dolor.
“Gracias por todo lo que hiciste por nosotros”, decÃa un hincha de San Lorenzo a las afueras de la interminable cola a Casa Rosada, velas prendidas al frente y los cantos de “Marado, Marado” para sanar un poco el dolor.
Diego es un héroe nacional, un patriota que logró transformar la realidad y lógica de la desigualdad con una pelota de futbol. El mejor jugador de todos los tiempos, el revolucionario que se bancó los vueltos que la vida da por decir y hacer lo que pensas. El destierro en mano de los “caretas” que no están dispuestos a amar hasta quemarse por el hecho cagón de estar a salvo. Tiene significancias para unos y otros, pero el hecho concreto es que mueve sentimientos en un mundo donde la moda es que eso no es importante.
Lo recordamos en su ejemplo, lo extrañamos todos los dÃas y seguimos su premisa “lo importante es que se puede seguir creyendo en la gente”.