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¡No me nuembren, que es peca’o!


12 de julio de 2025

Elucubraciones sureras.

Agustín Sosa

El veinte de junio se estrenó en el canal de YouTube Esto es ¡FA! un programa dedicado al folclore, imperdible, con charlas más que interesantes sobre el folclore y nuestra cultura e interpretaciones musicales maravillosas. Conducido por Mex Urtizberea y con idea y producción de él y de Milo J son dos horas muy amenas con invitados como Chaqueño Palavecino, Soledad, Milo J, Cuti Carabajal, Peteco Carabajal, Teresa Parodi, Maggie Cullen, Coscu, Julián Kartún, Chango Spasiuk, Juan Quintero, Campedrinos, Lito Vitale, Rep y Juan Ábalos. Super recomendable.
No se cantó ni media milonga surera.

A mediados de la década del sesenta Atahualpa Yupanqui publica Coplas del payador perseguido, un relato autobiográfico en clave de milonga donde se consustancia con la figura del payador, allí no solo narra sus vivencias sino que además denuncia las persecuciones de las que fue víctima en su vida como artista y los padecimientos y la explotación a la que es sometida gran parte de la población rural de nuestro país.
Si bien nunca fue un cantor que se expresara en clave gaucha, a la usanza surera, siempre parte en su repertorio desde la milonga ya que es nacido en Juan A de la Peña, Pergamino, Provincia de Buenos Aires, por ende la milonga y el canto payadoril es lo primero que conoce como forma de expresión; además compuso en otros ritmos folclóricos con igual virtud y sentimiento.

La prolífera obra de Yupanqui, que tanto aportó al cancionero folclórico, sirvió para nutrir el reportorio de otros artistas que tal vez, por su carisma y capacidades escénicas, fueron mucho más populares o masivos que él. Fue de mucha más gravitación para el ámbito artístico que para el público.
En el caso de las Coplas del payador perseguido la versión de Atahualpa dura algo más de cuarenta minutos, Cafrune lanzó una versión corta de siete y fue furor.

Con respecto a la milonga y el canto surero siempre aparecen dos ideas contradictorias para tratar de descifrar el porqué de la invisibilización que padecen hace ya muchos años:
¿Es la milonga la que no quiere exponerse en los medios masivos o son los medios masivos y la industria cultural los que no quieren que se popularice?

En algún momento de nuestra historia reciente los dioses y musas que laburan sobre la llanura pampeana e influyen sobre lo allí creado han decido cerrar la milonga surera, privarla a iniciados y advenedizos, guardarla para que no se mezcle con otros ritmos de quién sabe dónde y se la intente bailar cual carnavalito. La milonga surera no se revelará a la industria cultural ni a los medios masivos.
En algún momento de nuestra historia reciente ciertas personas oscurantistas con mucho poder (pero poder real, grosso, del que pone y saca presidentes) y que utilizan a la industria cultural y a los medios masivos para subyugar la voluntad del pueblo decidieron, ritual mediante, no mostrar nunca la milonga surera al pueblo.
Solo los dioses de la llanura o los perversos oscurantistas saben la verdad.

La milonga surera es naturalmente anti sistema, no tiene nada que ver con este tiempo: es silencio, contemplación, reflexión, calma; es lucha, denuncia, rebelión; es mate, charla y puesta en común.

En la narración que desarrolla Atahualpa en las Coplas del payador perseguido podemos pensar que además de consustanciarse con el payador para esgrimir su relato también lo hace con la milonga misma, que la milonga es la perseguida y que nombrarla es pecado.

Agustín Sosa

Agustín Sosa es locutor, periodista y militante político del Encuentro Patriótico. 

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