Juan, un ciruja para el Movimiento: segunda parte
08 de febrero de 2025
De mi infancia donde nace la pampa, eneros sin fin y sin pileta, y mates eternos con mi abuelo vienen mis ideas que son Juan el ciruja, Gaitán el alambrador o toros pioneros. Destino surero y peronista. Aquà la segunda parte.
2.
Predicadores y realizadores
Juan, el ciruja, no era oriundo del pueblo, habÃa llegado a mitad de los setenta. De su pasado poco se sabÃa, no era de hablar mucho de eso, tampoco nadie le habÃa preguntado.
Finalizado el entierro, el comisario pidió a un par de vecinos que lo acompañen al rancho de Juan a ver si encontraban algún dato de familiares o allegados a los cuales avisar del fallecimiento.
Además de pobreza, los encargados de la requisa post mortem, encontraron en un cajón papeles personales y documentación.
Ningún dato de familiares.
Entre 1956 y 1961 habÃa cumplido pena en MartÃn GarcÃa, no tenÃa deudas con la justicia.
Algunos recortes de diarios de la época hacÃan sospechar que Juan habÃa desarrollado su actividad militante en el sur fabril del conurbano.
Juan Felipe Góngora, preso por peronista, una vez en libertad, prefirió cirujear y vivir en el anonimato antes que andar pidiendo permiso o la escupidera.
En el comedor de la casa de mi abuelo paterno uno de los pocos adornos que habÃa era un barco dentro de una botella.
Varias veces le pregunté quién se lo habÃa regalado, me contaba que se lo habÃa hecho un amigo que estaba preso en la isla MartÃn GarcÃa.
Cuando intentaba indagar en ese amigo preso y las razones de su cárcel mà abuelo eludÃa la respuesta contando lo ajetreado del viaje en lancha hasta la isla y su descompostura por el oleaje.
Tal vez era Juan, que como mà abuelo, jamás mendigaron distinciones, ni reclamaron honores, ni posaron para la foto.
¡Viva Perón!